Chicos y hombres gay en México

Chicos Gay méxico

🌈💪EN EL GAY GYM💪🌈1ªparte

Anónimo

🌈💪EN EL GAY GYM💪🌈1ªparte
3 de enero de 2023

🌈💪EN EL GAY GYM💪🌈

UN RELATO ANÓNIMO

1ªparte
Hola,era un chavo de 18 años, iba a entrar a la universidad y en las vacaciones previas decidí entrar a un gimnasio a ver qué podía hacer por mi físico, en ese entonces ya medía 1.80mts. pero siempre había sido muy delgado, no era un hueso tampoco, tenía un cuerpo agradable pero muy de niño, de cualquier forma no me sentía desgraciado por la vida.
 
Yo desde siempre había sentido mi homosexualidad pero de forma reprimida, sólo un año antes un hombre mayor me había abordado en la calle y me había hecho sexo oral en la azotea de un edificio de departamentos, algo que más que satisfacción me había traído culpa.
 

Total que vivía muy reprimido y exageradamente discreto.

 

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Cuando entré al gimnasio para pedir informes me mandaron con el dueño e instructor, Arturo, un tipo de 36 años, un poco más bajo que yo, moreno, de facciones toscas pero atractivo, muy varonil y con un cuerpo… fisicoculturista, super mamado.
 
Me trató muy bien, me dio toda la información, lo de la mensualidad, me dijo que tenía que modificar mi dieta y que me quedara, que él personalmente sería mi instructor. Yo encantado de la vida me quedé y comencé con las rutinas que Arturo me acababa de dar; cuando terminé hora y media después me despedí y me fui…
 
Así pasaron dos días, claro que para el tercer día yo ya andaba bien madreado por lo adolorido de los músculos, ese día me tocaba trabajar pierna, y estaba en un aparato acostado boca abajo trabajando con las piernas para ejercitar las nalgas, cuando pasa Arturo y me agarra las nalgas y me dice: «Dale duro cabrón, para que las endurezcas», lo cual yo no tomé a mal y de ahí no pasó nada ni se me ocurrió pensar nada.
 
Yo me la pasaba haciendo ejercicio y dándome mi taco de ojo con los chavos que hacían sus ejercicios en camisetas y shorts de licras (entre ellos Arturo, claro).
 
Poco antes de terminar mi rutina, Arturo volvió a pasar y sin decirme nada volvió a agarrarme las nalgas, pero ahora solo puso su mano derecha y sentí que más que un agarrón era una caricia, incluso su dedo pulgar como que hizo presión entre mis nalgas, aproximándose a mi culo, yo no dije nada ni paso más, pero ya me quedé algo excitado…
 
En fin, al día siguiente llegué al gimnasio, me fui al vestidor y me puse mis bermudas y mi sudadera (clásico atuendo de los flacos en un gimnasio) y me puse a hacer mis rutinas.
 
 

CONTINUARÁ...

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